La tecnología y la confianza son los principales aliados de la telemedicina

La telemedicina no es más que la evolución natural de un segmento de la vida del ser humano gracias a la tecnología. Parte de la atención médica ahora puede prestarse a distancia, eliminando así un montón de gastos asociados a la habitual consulta, tanto para pacientes y familiares como para instituciones médicas y gobiernos. Tal como acota Wilmer Puerta, Senior Product Manager Connectivity, Media e IP de Cirion para Ecuador y Venezuela, “no se trata solamente de la posibilidad del especialista de hacer un diagnóstico preliminar mediante un cuestionario en línea o una videollamada, sino también monitorear pacientes conectados a aparatos, lectura de análisis en línea, asignación de medicamentos, toma de notas automáticas en una visita y la integración de los historias de un paciente en varias especialidades, entre tantas otras tareas”. 

Las posibilidades son muchas, según se puede leer también en la página de la Asociación Venezolana de Telesalud y Medicina, donde su vicepresidente Morel Orta comenta «cada día aumenta el número de dispositivos denominados del Internet de las Cosas Medicas (IoMT), cuya única función es la captura, procesamiento y envío de datos biomédicos de los pacientes”. La práctica en territorio nacional ya se hacía a fines de los noventa atendiendo particularmente a zonas rurales, en la actualidad ya las ciudades se han incorporado a la telemedicina con mayor énfasis como es de esperarse, en el ámbito privado.

Las cifras en Latinoamérica apuntan de igual manera a una consolidación en los próximos años. Como dato interesante, el Banco Mundial ha asomado la posibilidad que tendría el continente de exportar este servicio de manera transfronteriza si se llegaran a consolidar acuerdos comerciales y se crearan los marcos legales adecuados. En el caso venezolano específicamente, la crisis no ha sido obstáculo para crear y desarrollar muchos servicios médicos a distancia que fueron probados durante la pandemia con buenos resultados y se mantienen como negocios prometedores.  

Wilmer Puerta explica cómo funciona el proceso: “la información es enviada a grandes bases de datos ubicadas en la nube y analizada en tiempo real con herramientas basadas en Inteligencia Artificial, capaces de identificar y emitir diagnósticos con un 95 % de precisión”. A su criterio, la telemedicina necesita dos aliados, el músculo tecnológico adecuado para la interconexión y la confianza, no solo del paciente con relación a este nuevo paradigma del “médico que no toca”, sino del usuario ante sistemas que garanticen la privacidad de los datos, la accesibilidad y almacenamiento.

Puerta explica además, que estrictamente en materia de tecnología y al hablar de los campos de dominio que deba tener un proveedor que acompañe en este desarrollo, hay que referirse a la experticia en áreas como el Internet de las Cosas (IoT), donde resulta crucial la sincronización de sistemas de dispositivos físicos que reciben y transfieren datos a través de las redes inalámbricas, con poca intervención humana; la administración de las herramientas de conocimiento de voz que servirían de descarga a los médicos que pueden generar informes y reportes; la implementación de la conectividad de redes de amplio alcance (SD-WAN) que además sean seguras, confiables y soporten un sinfín de dispositivos médicos conectados. Y como última área de experticia debe haber una administración versátil y especializada de la nube que permita acceder y analizar los datos en tiempo real al momento que el profesional médico lo requiera y determinar el mejor curso de tratamiento para el paciente.

Cuando se analiza el abanico de opciones que puede desplegar la telemedicina esta se convierte en un tema muy interesante para la población y para los negocios de emprendimientos en el área asistencial, puntualiza Wilmer Puerta. El catalizador sería la sinergia entre los diferentes actores: un paciente cada vez más confiado, instituciones médicas que inviertan en desarrollos tecnológicos, médicos que se capaciten en estos nuevos abordajes, gobiernos que incluyan la telemedicina en su planificación presupuestaria y promuevan nuevas leyes y empresas de tecnología comprometidas a brindar un servicio seguro, protegido, oportuno y confiable en el manejo y almacenamiento de grandes cantidades de datos.