Siete despistes que constituyen una amenaza a la seguridad y la privacidad
Antes de que existiera internet, hablábamos de atentados a la privacidad cuando el compañero de viaje en el tren leía nuestro periódico por encima del hombro. En la era digital, el riesgo es exponencialmente mayor: una fotografía o un vídeo en el que aparecemos utilizando nuestros dispositivos puede compartirse en redes sociales y llegar a otro viajero en el vagón contiguo sin que ni siquiera sepa que viajamos en el mismo convoy.