¿Qué tienen en común un bifaz y un robot?
By Antonio Rodríguez de las Heras
Colocar en una mano un canto tallado y en la otra un móvil es como aproximar dos electrodos que hagan saltar una potente descarga eléctrica. En este caso un destello cegador de asombro: que de estas manos humanas hayan salido estas maravillas del ingenio. Unas manos conectadas a un cerebro y un cerebro conectado a otros cerebros. Y el resultado es un arco de creatividad que ha generado en lo que dura un fogonazo (para las extensiones del tiempo de otros procesos de este universo) un mundo nuevo que llamamos artificial: aquello que sin nosotros las leyes de la naturaleza no habrían podido producir.