‘Deus ex machina’
En uno de los cuentos de Fredric Brown, la humanidad, tras numerosos intentos, ha conseguido crear un superordenador con todo el conocimiento del universo. Su programador tiene el honor de hacerle la primera pregunta: “¿Dios existe?”. La computadora contesta: “Ahora, sí”. Bien podría servir la máquina de Brown de deidad al dataísmo del homo deus de Yuval Noah Harari. Esa religión atea que no venera ni a dioses ni a hombres, solo a los datos. Una ficción colectiva en torno a una inteligencia suprema, esta vez artificial, capaz de predecir enfermedades y catástrofes, el nirvana de los algoritmos.