1100 millones de personas ejercen su derecho al voto utilizando sistemas automatizados
La reducción del error humano y la vulnerabilidad del voto han impulsado la tendencia mundial a implementar tecnología de votación que garantice elecciones transparentes, rápidas y seguras para el elector.
Con la automatización se suprime cualquier posibilidad de error humano, intimidación, sabotaje o intención de fraude. El sistema permite múltiples auditorías al proceso y ofrece inclusión al proveer al ciudadano común la posibilidad de formar parte de la cadena de resguardo del voto.
Aunque la evolución del voto electrónico ha dado pasos agigantados en los últimos años, todavía tiene críticos que promueven algunos mitos alrededor del voto electrónico:
Mito #1: “Actualmente, muy pocos están utilizando voto automatizado”.
FALSO. De los 3.300 millones de electores del mundo, 1.100 millones ejercen su derecho al voto utilizando sistemas automatizados, cifra que equivale a un 35,5% del total de la población electoral mundial. Más de un tercio en este segmento no puede simplemente ser catalogado como “muy pocos”.
Mito #2: “Con el voto electrónico, es imposible efectuar un conteo independiente de los votos”.
FALSO. El voto electrónico ofrece diversos mecanismos para contar toda la información registrada en el sistema y generar reportes desde el centro de votación, de manera más precisa, rápida y fácil que un conteo manual.
Empleando el esquema manual, una vez finalizada la jornada de votación, los miembros de mesa darían inicio al conteo, que durará aproximadamente entre 10 y 12 horas, para luego completar el reporte de resultados. Mientras tanto, una vez se cierra el proceso de sufragio, los mejores sistemas automatizados generan reportes o actas de votación tanto en papel como en digital, para efectos de redundancia. Además, en el caso de que se solicite, se puede abrir la urna de resguardo y ejecutar un reconteo independiente de los comprobantes de votación, validando los resultados con el reporte electrónico de la máquina.
Mito #3: “El conteo manual es más transparente que el conteo automatizado”.
FALSO. Si el conteo automatizado es realizado con testigos y con comprobantes de voto que certifiquen la validez de los reportes y actas emitidas por cada máquina, es imposible refutar la transparencia del proceso automatizado. Además, el conteo en elecciones manuales lo hacen personas que ya tienen -al menos- 8 horas en un centro de votación, dando lugar al error humano.
Mito #4: “Consolidar los resultados de manera automatizada es menos seguro que transportarlos ‘físicamente’ a un centro de totalización“.
FALSO. En sistemas manuales, la metodología para esta etapa consiste en transportar los “votos físicos” a un centro de totalización una vez terminado el conteo. Para ello, se deben tomar en cuenta factores externos que pueden entorpecer o sabotear este paso, bien sea tráfico, accidentes viales, clima adverso (lluvia, nieve), etc. Asimismo, la tarea de transporte puede estar delegada a terceros, lo cual aumenta el riesgo.
Algunos sistemas automatizados contemplan registros digitales de los reportes en memorias removibles u otro tipo de dispositivos. Estos todavía deben ser trasladados al centro de totalización con los mismos inconvenientes del sistema manual, en ese caso la información puede protegerse empleando cifrado y firmas digitales como mecanismos de seguridad y resguardo.
Los sistemas automatizados más avanzados transmiten de manera segura la información al centro de totalización, garantizando la integridad y su totalización rápida y exacta. Además de emplear un canal de transmisión seguro, los mismos mecanismos de seguridad informática (cifrado, firmas digitales) pueden implementarse a este proceso, incluso utilizando herramientas más confiables que las que se emplean en la banca electrónica.
Mito #5: “Los países con voto manual obtienen sus resultados más rápido que aquellos que emplean voto automatizado”.
FALSO. Los países que emplean voto manual tienen “resultados preliminares” unas horas después que culmina la jornada electoral. Incluso, si la ley lo permite, hay países que permiten a canales de televisión ofrecer resultados obtenidos a través de encuestas a boca de urna. Estos resultados son verificados en los días (o semanas) siguientes con el objeto de ofrecer a la ciudadanía los resultados oficiales.
Con un sistema automatizado, los resultados oficiales pueden ser entregados a pocas horas después del cierre del proceso de votación. Luego de 48 horas o incluso menos, se puede llevar a cabo la proclamación de los ganadores, última etapa dentro del proceso electoral. Con un sistema manual, la proclamación debe posponerse durante semanas y en algunos casos, meses después de la jornada electoral.
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